Autor Tema: Los Elfos Nocturnos (Parte II)  (Leído 1171 veces)

Lilith

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Los Elfos Nocturnos (Parte II)
« en: 01 Febrero, 2015, 13:03:16 »
Luego de ver a los invasores, Tyrande asesino a sangre fria y sin ninguna piedad al paladín que supervisaba la base de la nueva alianza entre orcos y humanos. Pero poco después de asesinar al paladín, una oleada de no-muertos y demonios invadió el ya destruido campamento, matando a humanos, orcos, elfos nocturnos y a cualquier que se le cruzara en el camino. Tyrande ordeno a Shandris y a las centinelas replegarse rápidamente, pero los no-muertos persiguieron a los Kaldorei incansablemente, hasta acorralar a Tyrande, es ahí cuando su lider se revelo, era Archimonde el Corruptor, mano derecha de Sargeras y Comandante Supremo de la Legion Ardiente. Durante la Guerra de los Ancestros Archimonde habia sido desterrado al Torbellino Abisal (lugar donde residen los demonios en su forma verdadera) y habia planeado su venganza contra los Elfos Nocturnos desde hacia mucho.

Tyrande se las arreglo para escapar, a pesar de que Archimonde asesino a muchas centinelas, al volver le encarga a Shandris mantener a raya a los ejércitos de la Legion Ardiente, ya que ella tenia una tarea mas importante; despertar, una vez mas, al Shan’do Malfurion Stormrage (Tempestira). Era hora de despertar a Malfurion y al resto de los druidas, ya que el enemigo era demasiado numeroso y poderoso para enfrentarlo solamente con las centinelas. Ella consiguió despertarlo, y juntos emprendieron el viaje para despertar al resto de los druidas. Pero cuando se dirigian a despertar a los poderosos Druidas de la Garra, pasaron por un lugar del que hacia 10.000 años no se acordaban, una prisión debajo del Monte Hyjal, alli, encerrado, estaba el hermano de Malfurion, Illidan Stormrage (Tempestira). Tyrande sugirió liberarlo, ya que con su enorme poder arcano, quizás seria posible derrotarlo, pero Malfurion prohibió que lo liberara… o al menos lo intento.
Una cosa que hay que saber acerca de Tyrande Whisperwind (Susurravientos) es que a pesar de ser una adoradora de Elune, de su compasión y de su carácter “gentil”, lo ultimo que quería hacer es hacerla enojar. En este momento, ella se había reunido con el hombre (o elfo) que había amado, con el hombre que la había abandonado y la abandono con el fin (aparentemente) de salvar Azeroth. En lugar de mostrar arrepentimiento por haberla dejado, al volver tomo un rol dominante y decidió sin tener en cuenta las decisiones de Tyrande. Eso para ella fue quizás algo devastador, y si durante casi 10.000 años había guiado sola a su gente hacia la paz, sus decisiones no parecían tan erradas, es por esto que el liberar a Illidan le parecía muy lógico y necesario.

Teniendo en cuenta esto, es incluso entendible que haya desobedecido a Malfurion y liberado a Illidan de todos modos, corriendo el riesgo de que Malfurion le prohibiera seguir liderando a las centinelas. Tyrande y sus centinelas, en el afán de liberar a Illidan, lucharon en las prisiones de los Túmulos (Barrow Deeps), asesinando a sus propios aliados, a quienes antiguamente les habían ordenado proteger esa prisión. Luego de liberarlo, Tyrande le suplico que volviera y ayudar a su gente contra la Legion Ardiente, entonces Illidan, que todavía sentía amor por Tyrande, acepto.
La gran mayoría conoce el final de esta historia; Illidan se transformo en un semi-demonio al absorber la Calavera de Gul’dan, y una vez mas, Tyrande y Malfurion se sentían horrorizados por las acciones cometidas por Illidan. El resto es también historia conocida, Malfurion, Tyrande, Jaina y Thrall se reunieron con el profeta, que se rebelo a si mismo como Medivh, el antiguo Guardián de Tirisfal. Luego de esta reunión, Malfurion entendió que la única forma de terminar con la guerra y asegurarse la victoria era sacrificar al Arbol del Mundo, Noldrassil.

Con Noldrassil destruido, el pacto que estableció Nozdormu con los Elfos Nocturnos se rompió y la inmortalidad de los Kaldorei se perdio. Con la Legión Ardiente derrotada, humanos, orcos y Elfos Nocturnos se separaron. Fue aquí cuando Tyrande y Malfurion regresaron a sus bosques para reparar todo el daño que había causado la Legión Ardiente.

Aqui es cuando todo se comienza a volver mas y mas confuso. A partir de este momento, lo que sucede se vuelve bastante complejo, ya que aunque técnicamente la historia es siempre la misma, hay varios detalles que cambian. En la trilogía “La Guerra de los Ancestros” escrito por Richard A. Knaak, un humano llamado Rhonin viaja al pasado junto con Krasus, un dragón rojo disfrazado de Quel’dorei mago, y Broxigar, un orco, a través de un portal en el tiempo. Los tres ayudaron a los Elfos Nocturnos a ganar la guerra, y de paso intervinieron en la linea de tiempo de Azeroth, al hacer esto, seguramente hayan cambiado muchos eventos en esa linea de tiempo.

Aunque Malfurion y Tyrande fueron ayudados por orcos y humanos en una linea de tiempo alternativa, el desprecio que muestran hacia estos mismos en la batalla contra Archimonde es algo preocupante. Tyrande definitivamente recuerda a Rhonin, Krasus y Broxigar, ya que en la novela “Stormrage” incluso los menciona, quedando en claro que aunque hayan pasado 10.000 años, los sigue teniendo en mente. Es probable que a pesar de que hayan sido ayudados por los humanos en el pasado, Tyrande decidio matar y arrasar aquel campamento de la nueva alianza entre orcos y humanos al ver como estos trataban indiscriminadamente su bosque.

Es por esta razón que los Elfos Nocturnos son extremadamente complejos de entender; son dos lineas temporales que se vinculan al mismo tiempo… La linea de tiempo que se muestra en Warcraft III, pero que fue afectada debido a los cambios que realizaron Rhonin, Krasus y Broxigar, y la otra linea de tiempo en la cual ocurren los sucesos que motivan a los Kaldorei a unirse a la Alianza. Es por esto que es muy dificil de entender el porque de que una Tyrande que se mostró muy agradecida con Rhonin y sus amigos, ataque sin piedad y compasión un campamento compuesto por orcos y humanos.




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