Autor Tema: La guerra de la Araña  (Leído 1277 veces)

Lilith

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La guerra de la Araña
« en: 01 Febrero, 2015, 13:20:23 »
Mientras Thrall liberaba a sus hermanos en Lordaeron, Ner’zhul continuaba incrementando su base de poder en Rasganorte. Se erigió una gran ciudadela por encima del glaciar Corona de Hielo y fue ocupada por las crecientes legiones de muertos. Aun cuando el Rey Exánime extendía su influencia sobre la tierra, un misterioso imperio resistió su poder.
El antiguo reino subterráneo de Azjol-Nerub, que había sido fundado por una raza de siniestras arañas humanoides, envió a su guardia de élite para atacar Corona de Hielo y terminar con el loco apetito de dominio del Rey Exánime. Para su frustración, Ner’zhul comprobó que los malvados nerubianos resultaban inmunes no solo a la peste, sino también a su dominio mediante la telepatía.

Los señores araña nerubianos dirigían grandes ejércitos y tenían una red subterránea que abarcaba prácticamente la mitad de Rasganorte. Sus tácticas, que consistían en golpear y escapar de las fortalezas del Rey Exánime, frustraron sus esfuerzos por acabar con ellos una y otra vez. Finalmente, Ner’zhul ganó la guerra contra los nerubianos mediante una estrategia de desgaste. Con la ayuda de los siniestros Señores del Terror y de innumerables guerreros no-muertos, el Rey Exánime invadió Azjol-Nerub y tomó sus templos subterráneos, aplastando las cabezas de los señores araña.
Aunque los nerubianos eran inmunes a su peste, los crecientes poderes nigrománticos de Ner’zhul le permitieron resucitar los cadáveres de los guerreros araña, logrando que siguieran su voluntad. Como testamento de su tenacidad y valor, Ner’zhul adoptó el estilo arquitectónico distintivo de los nerubianos en sus propias fortalezas y estructuras.

Pudiendo gobernar su reino sin oposición, el Rey Exánime empezó a prepararse para llevar a cabo su verdadera misión en el mundo. Intentando alcanzar las tierras humanas con su vasta conciencia, el Rey Exánime convocó a todas las almas oscuras que pudieron escucharle…




Todas las ratas de los sótanos se venden por un queso