Autor Tema: Evento de Historias: Memorias nocturnas  (Leído 16634 veces)

Shieru

  • [email protected]
  • Administrador del Foro
  • Spammer
  • *****
  • Mensajes: 7420
  • Karma: +1083/-32
  • Personaje: Shieru
  • Clase: Cazadora
  • Raza: Elfa de Sangre
  • Hermandad: Gods of the Abyss
Evento de Historias: Memorias nocturnas
« en: 25 Noviembre, 2018, 03:34:17 »
Memorias nocturnas

   En las noches mi mente se pierde entre los recuerdos, sondeando laberintos sin salida. Mientras escribo sostengo la pluma, pero no la siento, como si no estuviese entre mis dedos. El silencio de la muerte me rodea, sin embargo no me perturba. Convertirme en alguien casi sin sentimientos, sin temor, me llevó mucho tiempo y por supuesto no fue gratis. Debería remontarme a mi juventud para recordar la última vez que mis manos temblaron y que mi corazón se agitó... la última vez que sentí miedo.
   La mañana era tranquila,salí de mi habitación y pude ver a mi hijo Thorek comiendo una hogaza de pan con un poco de carne seca.
 -Ven a comer  papá- me dijo.
 -No puedo, debo ponerme a terminar unas herraduras-. En realidad no lo acompañana  porque era  el único pan  que nos quedaba y no podía comprar más hasta vender algunos herrajes. Con la muerte de mi esposa comencé a sentir una gran depresión y me costaba hacer los trabajos.
   Me dispuse a salir de mi casa, cuando empecé a escuchar unos gritos. Abrí la puerta y vi gente corriendo, con miradas  de  terror en sus ojos. En el cielo se podía distinguir una columna de humo que provenía de la otra punta de la ciudad.
 -¡Entren a sus casas! ¡Y no salgan!- gritó un miliciano, como advertencia.
  Me encerré sin saber que sucedía. Clavé unas maderas en la ventana y en la puerta, luego llamé a mi hijo para que no se alejara.
  Paso el tiempo. De pronto hubo un momento de tranquilidad. Cesaron los gritos. Miré a través de una hendija y vi muchos muertos en el suelo. Unos escalofríos recorrieron mi espalda.  No sabía lo que había sucedido, simplemente estaban en el piso, silenciosos. 
  Sin embargo la calma duró poco, pasados unos minutos los cadáveres comenzaron a cobrar vida. Se levantaban y empezaban a deambular, chocandose contra las paredes y las puertas de las casas. A pesar de los embates,  no llegaban a entrar en los  hogares de las familias que se habían encerrado, pues la mayoría había apuntalado las puertas.
  Fue en ese momento de incertidumbre que empezó a vibrar el suelo, como si un gigante se acercara. El sonido era uniforme, definitivamente eran pasos. Intenté mirar hacia un costado y pude ver de qué se trataba. Una abominación putrefacta se acercaba. Estaba formada por  pedazos de cuerpos unidos con costuras. En un brazo sostenía una cadena  con un gancho en  la punta, en otro un hacha y un tercer brazo sobresalía de su espalda con el cual sujetaba una cuchilla ensangrentada. Una magia profana le daba vida, puesto que sus tripas colgaban de su estómago mientras largaban ácido, algo imposible para un ser vivo.
   La abominación se acercó a la casa del frente y lanzó su enorme gancho hacia la puerta, cuando se clavó, jaló  hacia atrás con enorme  fuerza. Las maderas de la puerta volaron, llenando de astillas  la  calle. Del hogar salieron corriendo una pareja de ancianos, que rápidamente fueron encerrados por los no-muertos. Los arrojaron al suelo y comenzaron a masacrarlos.
   Me alejé de la ventana horrorizado. Estaba estupefacto. Me volví hacia mi  hijo y lo noté pálido de temor, temblando y lleno  de sudor.  No  hice mas que arrodillarme y abrazarlo. Sabía que no había  escapatoria.
   Empecé a sentir nuevamente la vibración en el suelo. La mole de carne se acercaba a  nuestra puerta, pronto estaríamos siendo mutilados por  ese engengro maligno. Me decidí a luchar hasta el final, tomé la maza con la que trabajaba y me planté frente a la puerta.
   Las pisadas se sentían más cerca. El tiempo pasaba lento, pero inexorable. Los pasos se detuvieron. Sabía  lo que venía  después. El enorme gancho atravesó la puerta,  luego fue arrancada violentamente. Dos no-muertos entraron, pero me deshice de ellos con mi maza, tres más vinieron y también  los despaché. Entonces comenzó a avanzar la abominación.
   Se acercó a la puerta y se disponía a darme un golpe mortal, cuando vi  una enorme lanza atravesar su cabeza. La mole se desplomó. Fui corriendo hacia afuera.
-¡Matenlos a todos!-  era la voz de nuestro príncipe. Alli  estaba, imponente como siempre. Lo rodeaban los soldados de Lordaeron, que iban  limpiando la zona.
-¡Vienen  a salvarnos!- le dije con una alegría renovada a Thorek. El estaba sentado en el suelo, aun  más pálido  que  antes. Lo hice salir hacia la calle, para que viese  el uniforme de los soldados. Caminó con dificultad y permaneció a mi  lado. En eso se acercó un soldado y nos observó.
 -¡Aquí  hay   uno!-  dijo exaltado sin quitarnos  la vista  de encima. Rápidamente sacó una daga  y le corto  el cuello de oreja a oreja a mi hijo.
   Un frenesí incontrolable se apoderó de mi, tomé la maza y se la enterré  en el  cráneo al soldado. No sabía que sucedía, pero tampoco me  importaba,  me  habían  arrebatado lo mas importante que tenía. Otro uniformado se  acercó y le  partí la columna  de un solo golpe. De pronto sentí un calor intenso en la  espalda  y vi como una espada empapada en sangre sobresalía de mi panza. Me separé  como pude, me di vuelta derribando  al agresor y comencé a  alejarme.
 Seguí caminando. Con  las pocas fuerzas que tenía logré  llegar a  uno de los bordes de la ciudad, donde mi cuerpo se rindió. Mientras  estaba acostado contra una fría pared de piedras, sosteniendo mi herida, la muerte me alcanzó. El mundo se oscureció ante mis ojos,  hice una última exhalación y finalmente morí.
    Lo siguiente fue vagar entre las sombras, intentando abandonar ese lugar maldito. Pero la luz se me hacía esquiva y el tiempo incomprensible. Por alguna  razón estaba  anclado a ese lugar. 
   No se cuanto pasó. Pero una  noche sucedió algo.  De pronto sentí  un  dolor  infinito, como si  se rasgara mi alma. Volví al  mundo, pude ver. Un exánime  se  alzaba frente a mi.
  -¡Levantate!- me dijo. Su rostro era una enorme calavera y lo rodeaba una luz mortecina. Intenté no hacer caso, pero alguien con  una voluntad inconmensurable respaldaba sus palabras. Mi mente  y mi alma  fueron invadidas por una magia imposible de detener. Mi suerte estaba echada.-Ahora sirves al Rey Exánime, Maynard.
    A partir de ese momento nada fue igual. Me convertí en una máquina  de matar. La sangre de los inocentes bañaba  mi espada y no podía hacer nada para evitarlo.  Era una marioneta destinada a portar dolor y sufrimiento, a extender muerte y putrefacción en  el mundo.
   Al principio solo se trataba de escaramusas aisladas. Se nos ordenaba asaltar poblados pequeños. Luego empezamos a ir a algunas ciudades más grandes. Pero pronto el conflicto comenzó a escalar.  Devastabamos  territorios por completo. Hasta llegamos a reducir a cenizas una fortificación entera de la Cruzada Escarlata. Las víctimas eran incontables  y nuestra fuerza imparable. Mientras  más luchaban, eran más  los que se unían  a nuestro bando. Nuestro ejercito se alimentaba de los muertos y era cada día más grande.
   Sin embargo la  fortuna me tomó por sorpresa, cuando el Rey  Exánime nos ordenó  avanzar sobre la Capilla de la Esperanza de la Luz. Allí recuperé mi libertad. Pude sentir que me reencontraba con  mis memorias, que volvía a pensar. Aquel día entendí que el destino me había llevado a ese  instante por alguna razón. Tenía entre manos un deber al que no podía renunciar. Ahora mi maldición se convertiría en  una herramienta para enmendar las atrocidades que cometí.
   Ya han pasado muchos años de esos acontecimientos. Mañana me espera  una gran batalla, que espero sea la última. Pero en esta noche silenciosa, mientras siento la muerte deambular por los pasillos, debo escribir. Para recordar que mi  mente es libre de quienes me subyugaron y que  mi  alma  aun está ligada  a los que amé.


Escrito por Maynard
« Última modificación: 29 Marzo, 2019, 22:44:50 por Caranthir »



cande

  • Noob
  • *
  • Mensajes: 2
  • Karma: +1/-0
Re:Evento de Historias: Memorias nocturnas
« Respuesta #1 en: 25 Noviembre, 2018, 18:54:54 »
Excelente!!  ;D 👏🏻👏🏻

innamed

  • Regular
  • ***
  • Mensajes: 40
  • Karma: +1/-2
Re:Evento de Historias: Memorias nocturnas
« Respuesta #2 en: 01 Diciembre, 2018, 00:45:38 »
Casi lloro al leer que le cortaron la garganta de oreja a oreja  :'( :'(

Lilith

  • Simplemente rol
  • Spammer
  • *****
  • Mensajes: 3420
  • Karma: +3316/-544
  • Torturar herejes no es un vicio.
  • Personaje: Lilith.
  • Clase: Paladin/tank/dps/healer.
  • Raza: Humana rolera.
  • Hermandad: Cruzada escarlata.
Re:Evento de Historias: Memorias nocturnas
« Respuesta #3 en: 02 Diciembre, 2018, 22:36:36 »
Muy bueno.


Todas las ratas de los sótanos se venden por un queso

insufrible

  • Noob
  • *
  • Mensajes: 2
  • Karma: +0/-0
Re:Evento de Historias: Memorias nocturnas
« Respuesta #4 en: 04 Junio, 2019, 18:17:35 »
Deverias ser  un escritor!.. exelente historia