Chukhy
En algún tiempo atrás, las Tierras de la Peste del Este fueron una región próspera, llena de granjas y villas.
En una de ellas vivía Albert y Jaina, que tenían dos hijos llamados Alfred y Chukhy. Alfred era el hermano mayor, un niño extrovertido e inteligente, muy diferente a su hermano menor Chukhy el cual era mas retraído y tímido.
Un día como cualquier otro la familia fue a arar sus tierras para cultivar calabazas (eran muy conocidas por el pueblo por el exquisito sabor). Fue un día arduo y decidieron volver a casa.
Al llegar Jaina se puso a cocinar "ratatouille", toda la familia se reunió en la mesa entusiasmados por probarlo. Mientras comían, Albert se puso a contar sus historias de la guerra, a chukhy le encantaba escucharlas. Después de las charlas, risas, y con el estómago lleno, la noche llego.
Alfred y Chukhy fueron acostarse y como era costumbre se ponían hablar de juguetes; en este caso de la "ardilla mecánica" (Un juguete de última generación de ingeniería y muy costosa) hablaban de lo fabulosa que era. Alfred menciono que ese juguete era para niños y que para Chukhy eran las muñecas, Chukhy enfureció, se abalanzó sobre Alfred y le dio un buen golpe en el ojo, pero bruscamente su padre entro a la habitación, agarró a Chukhy y lo puso sobre sus hombros, enseguida tomo la mano de Alfred y corrió hacia el sótano; su madre estaba allí, se veía asustada, con los ojos llorosos. Chukhy no entendía lo que estaba pasando, pensó que su padre les había llevado allí para darles una paliza por su mal comportamiento. Su padre agarró una madera gruesa para trancar la puerta del sótano, y le gritó a Jaina que apague las velas.
Todo estaba oscuro. A Chukhy le empezó a latir fuertemente el corazón, sin entender lo que estaba pasando. Su hermano Alfred le abrazo para que se calmase. De repente se escucharon pasos como si se tratase de un gran ejercito, pero porque esconderse de un gran ejercito si ellos no habían cometido ningún crimen. Cada paso hacia tremblar todo a su alrededor, dentro de unos minutos ya no se escuchó nada, ya había pasado o eso creían... Hasta que se escucho unos pasos temblorosos entrando a la casa, se oía como si buscasen algo, los pasos se dirigían por las escaleras hacia la habitación de arriba, se escuchaban caer cosas al suelo, rugidos y unos balsuseos. Uno de ellos parecía oler algo, algo que estaba en el sotafona y se dirigió hacia la puerta, se para justamente en frente de ella y dio fuertes zarpazos, pero la madera era muy gruesa, no pudo atravesarla. Albert se acerco sigilosamente a la puerta y vio desde la pequeña rendija a ese ser que parecía estar muerta irese hacia afuera. Sintió un gran alivio, sentía como el corazón le volvió a latir, pero de repente se escucho unos grandes pasos acercándose, asomó nuevamente la vista por rendija y vio un ser inmenso para frente a la puerta, tenia el estomago abierto, parecía como si estuviese cocido partes diferentes por todos lados. Esa moustrosidad sostenía un gancho y lo lanzo con tanta fuerza que arranco toda la puerta de un solo tiro, el impacto boto a Albert hacia atrás dejándolo aturdido. Una vez rota la puerta dos de esos muertos corrieron hacia adentro, Albert con todas sus fuerza logró levantarse y agarrando rápidamente un rastrillo el cual lo clavó en la cabeza a uno de ellos, pero el otro muerto se lanzo sobre él. Albert luchaba con todas sus fuerzas para que no le mordiesen. Jaina se armó de valor y tomó una hacha, corrió hacia el muerto que atacaba a su esposo y le corto la cabeza. Jaina extendió la mano hacía Albert y lo puso de pie.
En un rincón del sótano Alfred y Chukhy estaban helados con lo que estaba pasando, no lo podían creer, parecía una pesadilla del cual querían despertar.
Su padre Albert sabía que vendrían muchos muertos más, así que ordenó a Jaina que meta a los niños en la pared secreta donde ocultaban su dinero.
Jaina fue de prisa abrir la puerta secreta que estaba oculta en un rincón del sótano. Saco todo el dinero y metió a los niños dentro junto con una caja comida y agua.
No paso mucho antes llegar más de esas cosas que parecían que no tener vida. Albert lucho contra ellos junto a Jaina en ese pequeño sótano, pero eran demasiados, Albert cayó y junto a él, Jaina. Ellos sabían que morían, que no tenían ninguna posibilidad de sobrevivir... Se sacrificaron para llamar la atención de los muertos y de esta forma no notasen la presencia de los niños en esa pared secreta.
Chukhy vio todo por una abertura, vio la muerte de sus padres, vio como esas aberración se los devoraban... mientras escucha los gritos de dolor y llanto de sus padres. Pero no eran llantos de dolor, si no más bien era llantos del no poder ver crecer a sus hijos, de no poder verlos ser padres, de no poder estar ahí para cuidar a sus nietos...
El olor a muerte, descomposición y heces yacían en ese pequeño sótano.
Pasaron 7 días desde aquella tragedia y solo quedaba un pequeño trozo de pan. Albert le dio el ultimo pan a su hermano.
Alfred no había comido nada hacia ya 3 días atrás. Como hermano mayor sintió la responsabilidad de cuidar de su hermano menor. Los días iban pasando, parecían casi eternos y seguían dentro de ese rincón secreto.
Una mañana Chukhy despertó y vio a su hermano estaba sudando frío, su respiración era muy acelerada. Pero Alfred despertó y sonrió. Le dijo que no se preocupe por él.
Ya no había que comer, ni beber y tampoco se escuchaba nada, todo era silencio absoluto. Entonces decidieron salir de su pequeño escondite. Al salir vieron los huesos y los pocos restos que quedaban de sus padres, también había restos de esas cosas que invadieron su hogar. El sótano estaba repleto de moscas y gusanos. El piso estaba teñido del color escarlata por la sangre derramada.
No había tiempo de lamentos, tenían que salir de ese lugar. Cuidadosamente se dirigieron hacia fuera.
Una vez fuera vieron que el cielo estaba cubierto de humo. Se podía apreciar a lo lejos granjas, casas, pueblos arrasados por el fuego. No había rastros de vida. Entonces, Alfred recordó a su padre hablar de la gran ciudad de esta Stratholme (La ciudad mas grande) recordó como llegar a ella. Se dirigieron hacía a la gran ciudad.
Alfred pensó que como al ser una ciudad grande debió ser una única que quedo en pie, que podrían encontrar refugio en esa gran ciudad.
Avanzaron sin descanso y cada vez estaban mas cerca, pero sin saber estaban cada vez estaba más cerca de la muerte. Pero ellos nunca imaginaron que esa ciudad fue arrasada por la plaga como las demás ciudades.
Ya casi cerca, Alfred miro hacia atrás con una sonrisa hacia Chukhy, con ojos llenos de esperanza mientras le sostenía la mano... Chucky lo miro petrificado, se borro la sonrisa en el rostro de Alfred y dirigió la mirada hacia adelante, vio justo frente a él un muerto el cual se abalanzo sobre Alfred... soltó la mano de su hermano y le grito que corra hacia la ciudad, que corra sin parar y sin mirar atrás. Pero Chukhy seguía petrificado sin reaccionar. Alfred grito con lágrimas en los ojos que corriese, que su sacrificio no sea en vano, mientras el muerto le arrancaba pedazos de piel con sus dientes afilados.
Chukhy reacciono y corrió sin descanso, llorando y lleno de impotencia. Mientras dentro de mente escuchaba los gritos de sus padres y hermano. Corrió y siguió corriendo, mientras sentía como detrás de él los muertos lo seguían. Corrió tanto que de repente vio una especie de laguna frente a él, se lanzo sobre el agua y nado hacia la orilla. Saliendo mojado y exhausto vio delante de él la gran ciudad. Del cual su padre les hablo. Yacía allí totalmente destruida, una gran cortina de humo salía de ella. Entonces en su desesperación Chukhy grito con todas sus fuerzas, cayó de rodillas y las lágrimas recorrían sus mejillas. Los gritos llamaron la atentación de unos muertos que estaban por ese lugar, Chukhy salto rápidamente a la agua y nado hacia la otra orilla. Salió asustado del agua y se dirigió sin rumbo hasta que vio unas casas abandonas. Entro a una de ellas, se dirigió directamente al sótano y se encerró en ella.
Se fue a un rincón del sótano, se puso llorar, a recordar a su hermano y a sus padres, de como plaga se los habría arrebato. Lloró hasta quedarse dormido. Al despertar tenia mucha hambre, no había comido hace días, se dirigió afuera del sótano a buscar comida, no había nada mas que restos de personas muertas en estado de descomposición.
Pudo más el hambre que la razón, se sentó y tomo un pequeño trozo de carne contaminada, se lo llevo a la boca y tomo otro pedazo más hasta saciar su hambre.
Después de comer volvió al sótano, ya no había lágrimas, solo odió. Una noche escucho pasos en la casa y salió a ver con un cuchillo que encontró en la cocina. Vio a uno de los que se comió a sus padres, sin pensarlo se lanzo sobre él llenándole de agujeros en el cráneo. Logro matarlo, y mientras lo miraba botado en el suelo, Chukhy empezó a reír desquiciadamente como alguien que había perdió la cordura.
Y lanzó un grito ensordecedor seguido risas macabras, tomó su cuchillo y empezó a rebanar las partes de ese muerto para luego comérselo.
Al pasar el tiempo empezó agarrar gusto por la carne humana no le importaba el estado en el que estuviese con tal que fuese carne humana.
Los días seguían pasando su piel comenzaba a podrirse y se le caía a pedazos. Poco a poco perdía la cordura. No se sabe el final trágico de esta pequeño, si ya descansa en paz o sigue penando en las vastas tierras de la peste.
Esta fue la ultima nota que Chukhy escribió "Los días han pasado y ya no recuerdo los rostros de mis padres, ni la de mi hermano. No siento tristeza, dolor, angustia, ni felicidad, ya no siento nada...
Me he alimentado de personas humanas muertas y también de esas aberraciónes que se llevaron a mis padres.
La piel se me puso pálida y las uñas se me han caído. Mi sentido de la vista la estoy perdiendo, pero el gusto por la carne humana a aumentado.
No sé hasta cuando viviré, ni se porque sigo con vida. Parece que estoy muerto en vida.
Si alguien algún día lee esto, le pido encarecidamente el favor de llevar mis restos y la de mi hermano junto a los restos de mis padres en aquel pequeño sótano donde la pesadilla empezó..."
Cuando se encontró esta carta no había restos de ningún niño cerca de ella.
Aventureros informan de que aún se escuchan pasos y pequeñas carcajadas dentro de esa pequeña casa.
Historia de: Legendarioma.