Autor Tema: Viejos Odios – La Colonización de Kalimdor  (Leído 1444 veces)

Lilith

  • Simplemente rol
  • Moderator
  • Spammer
  • *****
  • Mensajes: 3420
  • Karma: +3316/-544
  • Torturar herejes no es un vicio.
  • Personaje: Lilith.
  • Clase: Paladin/tank/dps/healer.
  • Raza: Humana rolera.
  • Hermandad: Cruzada escarlata.
Viejos Odios – La Colonización de Kalimdor
« en: 28 Octubre, 2013, 12:52:56 »
Ignorantes de los terribles eventos que han acontecido en Lordaeron y Northrend, los ejércitos mortales que lucharon contra la Legión Ardiente en la Batalla del Monte Hyjal, se han asentado en las inhóspitas y maravillosas tierras de Kalimdor. Thrall, el noble jefe de la nueva Horda, ha guiado a los orcos hacia la costa donde primeramente desembarcaron, al Este de los Barrens. Asegurándole una nueva nación donde los orcos puedan vivir en paz e iniciar el proceso de reconciliación con los espíritus de la Naturaleza, Thrall ha nombrado a esta tierra Durotar, en honor a su heróico padre. En un gran cañón cerca de la costa, la gran ciudad guerrera de Orgrimmar (nombrada así en honor al legendario Orgrimm Dommhammer) ha empezado a ser erigida, para que los orcos, después de muchas penurias, por fin tengan un lugar al que llamar hogar.
En las abruptas fronteras salvajes de Durotar, cerca de la ciudad de Orgrimmar, un Mok’Nathal, conocido como Rexxar, se lamenta por las continuas guerras en las llamadas “razas civilizadas” de Azeroth. No está claro cómo Rexxar llegó a Kalimdor, pero por años, este noble medio orco-medio ogro ha vivido solitario, con la única compañía de su fiel oso Misha, por lo cual a desarrollado una fuerte empatía con las fuerzas animales del mundo. Al oír los ruidos cercanos de una batalla, Rexxar acude prontamente para descubrir el origen de la misma.

Cerca de un despoblado, Mogrim, un orco explorador de Orgrimmar, ha sido atacado por varios quillboars, los salvajes hombres-jabalí, y lo han herido mortalmente. Rexxar acude en su socorro y despacha a los quillboars. Mogrim, en su agonía, se lamenta de no poder llevar su importante reporte a Thrall, por lo que su honor se verá manchado. Prometiendo llevar el mensaje para honrar al moribundo, Rexxar parte hacia Orgrimmar, mientras Mogrim entrega su espíritu a sus ancestros.


Una vez entregado el reporte a Thrall, el Señor de la Guerra ofrece la hospitalidad de Orgrimmar a Rexxar. Éste agradece la oferta, pero desea asistir, a modo de agradecimiento, a los orcos en la construcción de su nación. Para asistir a Rexxar, Thrall asigna a Rokhan, un Cazador de Sombras, uno de los líderes de la tribu troll de los Darkspear.

La primera tarea de Rexxar le es asignada por el viejo chamán Drek’thar, quien necesita crear una poción que pueda sanar a los guerreros de la Horda en la batalla, pero tal poción requiere muchas muestras de una planta conocida como shimmerweed. Esta planta, desafortunadamente, solamente crece en la región de Thunder Ridge, una peligrosa zona habitada por peligrosos Lagartos del Trueno. Thunder Ridge es una maravilla ecológica, pero extrañamente, los lagartos se han vuelto repentinamente más agresivos de lo acostumbrado. Dirigiéndose hacia Thunder Ridge, Rexxar y Rokhan logran recolectar los especímenes necesarios para la poción, pero no logra dilucidar la causa de la violencia de las bestias.

Nazgrel, en fiel lugarteniente de Thrall, ha sido nombrado jefe de seguridad, y envía a Rexxar y Rokhan a combatir a una banda de Harpías que ataca continuamente las caravanas de suplementos de la Horda, y recomienda eliminar a la líder de las Harpías, una sanguinaria criatura llamada Bloodfeather. Combinando sus amplios conocimientos de las bestias acerca de la cacería, Rexxar y Rokhan localizan a Bloodfeather y la matan.

Dirigiéndose hacia el sureste, Gazlowe, el jefe de ingenieros Goblin de Orgrimmar, ha localizado una fuente de agua fresca para los acueductos de la ciudad, sin embargo, han penetrado profundamente en los túneles dominados por los Kobolds, siniestras bestias rata, que han saboteado los acueductos. Con la ayuda de Rexxar y Rokhan, la amenaza Kobold es contenida.

Completadas estas simples tareas de exploración, Thrall desea que Rexxar viaje hacia un puesto de observación orco hacia el este. El líder orco ha recibido informes acerca de inusual actividad humana en la costa de Durotar. En el puesto de observación, Gar’thok, lugarteniente de Nazgrel, informa a Rexxar que no ha recibido informes acerca de actividad humana, pero el Observatorio de la Horda ha sido atacado por un grupo rebelde de Quillboars. Rexxar y Rokhan se encargan de las bestias. Sin embargo, descubren que, efectivamente, los humanos han iniciado los preparativos para una invasión a Durotar.

De regreso en Orgrimmar, Drek’thar ha descubierto la causa de la violencia de los lagartos trueno: los humanos han construido un aserradero en Thunder Rinde y han deforestado el bosque. Abrumado por las noticias acerca de la posible hostilidad humana, Thrall no puede cree que Jaina Proudmoore, la líder de los humanos en Kalimdor, haya roto su pacto de no agresión. De regreso en el puesto de Gar’thok, Rexxar descubre que los humanos han arrasado con el campamento orco, por lo que decide contraatacar y acabar con los humanos.

Una vez en Orgrimmar, Rokhan demuestra su preocupación por la suerte de sus hermanos, los trolls Darkspear, que han ocupado las islas Echo frente a Durotar. Rexxar y Rokhan viajan a las islas, donde encuentran a Vol’jin, hijo de Sen’jin, nuevo líder de los Darkspear. Allí, se ven obligados a combatir el bloque que la flota humana a puesto a las islas trolls. En efecto, Rexxar ha comprobado que el enemigo corresponde a la poderosa Armada de Kul Tiras, la nación marítima de la Alianza.

Segunda Parte
Los Darkspear son evacuados al continente, y Rexxar regresa con Thrall. El líder orco se entera de que los humanos portan un estandarte cuyo símbolo es un ancla. Thrall no recuerda dónde había observado antes ese símbolo, pero dice a Rexxar que ha pactado una reunión secreta con Jaina para discutir la situación. Sospechando una trampa, Rexxar viaja hacia Razor Hill en lugar de Thrall y, efectivamente, comprueba la emboscada. Derrotados los asesinos, Rexxar informa a Thrall de la situación.
Thrall decide enviar a Rexxar hacia la ciudad de Jaina, Theramore, donde los sobrevivientes de Lordaeron han fundado su nuevo hogar. Cerca de la nueva aldea Darkspear en la costa de Durotar, Vol´jin ofrece a Rexxar la ayuda de Samuro, un hábil maestro de las espadas, quien se infiltra en la cercana base humana, y colocando varios explosivos, logra hacer que Rexxar y Rokhan tomen un barco a Theramore.

Una vez en la ciudad, Rexxar confronta a Jaina Proudmoore y le reprocha sus actos contra la Horda. Jaina, sin embargo, se sorprende ante los cuestionamientos de Rexxar y deciden averiguar el meollo del asunto. De vuelta en tierra firma, descubren que el campamento humano ha sido arrasado por una tremenda fuerza de guerreros naga. Luego de acabar con los naga, un soldado moribundo informa a Jaina de que su padre, el Gran Almirante Daelin Proudmoore, ha logrado encontrarla luego de muchos viajes por el Gran Mar. El Almirante, luego de la destrucción de Lordaeron por el Azote, ha navegado por el océano con el objetivo de hallar signos de sobrevivientes humanos y de su hija. Sorprendida al oír noticias de su padre, Jaina y sus aliados de la Horda regresan a Theramore.

Una vez en el salón principal del palacio, son inmediatamente interrumpidos por la llegada de cientos de marinos de Kul Tiras, dirigidos por el Almirante en persona. El Almirante es reconocido como un gran héroe de la Segunda Guerra contra los orcos, y se alegra de encontrar a su hija. Sin embargo, al observar a las bestias que la acompañan, ordena asesinarlas. Jaina se opone vehementemente, y su padre cree que ha enloquecido, pero Jaina trata de explicarle la nueva situación con respecto a la Horda. El Almirante, sin embargo, no puede perdonar los salvajes actos de los orcos durante las Guerras, e igualmente continuará adelante la operación: no puede arriesgarse a que los orcos vivan y vuelvan a amenazar a la humanidad.

Rexxar y Rokhan pelean su libertad ante el ataque de los marinos, y astutamente, se ocultan entre las calles y canales de Theramore, hasta que logran escapar y vuelven a la seguridad de Durotar. Vol’jin los espera en la villa Darkspear y les recomienda viajar hacia las praderas de Mulgore, donde los Tauren de Cairne Bloodhoff se han asentado y han construido la ciudad de Thunder Bluff. Asegurándose la alianza de los poderosos Tauren, la Horda tendrá una oportunidad contra la Alianza.

Rexxar halla a Cairne hundido en una profunda depresión. El anciano jefe lamenta la captura de su hijo Baine a manos de los Centauros, por lo que Rexxar se compromete rescatar al joven Bloodhoff. Con la ayuda del lugarteniente de Cairne, el poderoso Tauren Tagar Windtotem, Rexxar rescata a Baine, y Cairne decide acompañarlos de vuelta a la aldea Darkspear.

Allí, Vol’jin a dado asistencia a un ogro herido. Éste dice pertenecer al clan Stonemaul, el cual ha caído bajo el poder de un malvado jefe llamado Kol’garr, que lo está llevando a la autodestrucción. Pensando que los ogros pueden ser útiles en la batalla que se avecina, Rexxar parte hacia la aldea de los Stonemaul, donde solicita a Kol’garr su ingreso al clan, por ser él medio ogro. Kol’garr lo obliga a pasar por el Guantelete, un enorme cañón lleno de bestias, como prueba para ingresar al clan. Pasada la prueba, Rexxar incita a Kol’garr a ayudar a los orcos contra la Alianza, pero Kol’garr se niega por considerar inferiores a los orcos. Como miembro del clan Stonemaul, Rexxar reta a Kol’garr por el poder del clan, y luego de un gran batalla contra el monstruo, lo vence. Como nuevo líder de los Stonemaul, Rexxar ordena asistir a la Horda en la batalla.

Thrall agradece a Rexxar el haber incorporado a la Horda nuevamente a sus antiguos aliados. Una vez reunidos varios ingredientes para consagrar el estandarte chamanístico de la Nueva Horda, Thrall solicita a Rexxar que sea su General durante la batalla.

Las fuerzas combinadas de orcos, tauren, trolls y ogros, asaltan el campamento humano en la costa de Durotar, expulsándolos de la tierra firme. Sabedor de que el Almirante nunca se detendrá hasta acabar con los orcos, Thrall ordena la invasión a Theramore. A instancias de Jaina, promete respetar a las fuerzas de la Guardia que le son leales a la hechicera. Luego, un asalto sobre el puerto Goblin frente a Theramore les permite hacerse con varios buques de guerra, con los cuales rompen el bloqueo de la marina de Kul Tiras.

La Horda desembarca en Theramore y aplasta a las fuerzas del Almirante, rememorando las viejas batallas de la Segunda Guerra. Rexxar se enfrenta cara a cara con Proudmoore. A pesar de que Rexxar trata de convercer al Almirante de que la Horda ya no constituye una amenaza para los humanos, Proudmoore está convencido de que los orcos nunca cambiarán y por eso no pueden ser perdonados. Los viejos odios florecen como la hierba nuevamente. Después de una salvaje batalla contra la guardia de élite del Almirante, finalmente Daelin Proudmoore, el último héroe de la Alianza vivo luego de la Segunda Guerra, cae ante el hacha de Rexxar. Perdido su líder, las tropas de Kul Tiras abandonan la batalla.

Jaina cae ante el cuerpo inerte de su padre, sin oportunidad de reconciliarse con él. Thrall, Rexxar y la Horda respetan el dolor de la maga y abandonan Theramore. Una vez en la costa orca, Thrall ofrece a Rexxar un lugar entre los orcos, pero el Mok’nathal rechaza la oferta y regresa a las montañas, no sin antes asegurar a Thrall que él siempre será parte de la Horda y vendrá a ella cuando se le necesite. Rexxar parte de nuevo hacia las salvajes tierras de Kalimdor, dejando a Durotar seguro, y a Theramore, tumultuosa. Las puertas de un nuevo conflicto entre la Horda y la Alianza han sido abiertas.




Todas las ratas de los sótanos se venden por un queso