Autor Tema: C’thun  (Leído 1523 veces)

Lilith

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C’thun
« en: 01 Febrero, 2015, 12:56:37 »
    El Dios Antiguo creo avatares basándose en su propia imagen. Estos mensajeros son conocidos como los Quiraji. Ansiosos de conocer sus propósitos, los Quiraji le dieron un nombre a su creador: C’thun había nacido… Durante miles de años los Quiraji trabajaron febrilmente en crear una fuerza capaz de arrasar este mundo que se rebelaba contra su Dios. La gran ciudad de Ahn’Quiraj seria donde estos seres crearían un ejercito capaz de hacer temblar los mismos cimientos del mundo, y esperarían a la llegada de su Maestro y Señor, C’thun.

    - Antiguo Códice Quiraji (La raza elegida de C’thun)




La historia de C’thun en Azeroth es mucho mas anterior de que tuviera un nombre. Fue uno de los varios parásitos extraterrestres que descubrieron Azeroth, y que existían desde hace cientos de miles de años antes de encontrarse con los titanes. Su principal preocupación al llegar a Azeroth fue esclavizar a los Señores Elementales y así ganarse a poderosos aliados en la futura guerra contra los titanes.

Es difícil decir cuanto tiempo paso antes de que los titanes intentaran “reordenar” Azeroth por primera vez. Incluso los imperios trolls mas antiguos (como los Gurubashi o Amani) tienen registros de los titanes, y es probable que hayan estado en Azeroth mas de una vez, siempre tratando de detener a los Dioses Antiguos, todo esto se ve mas claramente al explicar la Maldicion de carne.

Lo que si es sabido es que en la guerra contra los titanes, los Dioses Antiguos “perdieron” y fueron encarcelados dentro de Azeroth. Pero habían entrado en una relación simbiotica con Azeroth, de tal forma de que si eran destruidos, Azeroth también dejaría de existir. Los titanes no deseaban perder un planeta (como muestran los archivos de Algalon), entonces encontraron una solución bastante simple. En vez de destruirlos, decidieron encerrarlos en las entrañas de Azeroth y construir prisiones, como Ulduar, que los mantendría prisioneros a todos estos dioses por siempre.

Bueno, a todos menos a uno…

    Antes de que el tiempo fuera tiempo, cuando el mundo era aun un niño, una batalla entre un titan y un ser de maldad inimaginable tuvo lugar en Azeroth. Tal batalla fue tan grande que jamas se tuvo en claro al ganador, pero uno de los titanes fue derrotado. Este ser, este “antiguo”, también fue destruido… O al menos eso pensamos.

    Durante milenios, este ser ha permanecido dormido, esperando a que llegue su tiempo. Y desde su fortaleza llegara el momento en el cual desate su cólera sobre este mundo que intento destruirlo.

    - Profecía de C’thun (Recuperado por la Liga de Expedicionarios)

Sin la ayuda de sus amigos, este dios antiguo lucho contra el titan y lo derroto, pero jamas se supo su murió. (Recientes declaraciones han dejado en duda de que el adversario de C’thun fue en realidad Tyr y que fue en ese momento cuando perdió su mano… También se especula de que en realidad Tyr era un servidor de los titanes, pero alguien muy poderoso.) Al parecer, los titanes dieron por muerto a C’thun y es quizás por esta razón que fácilmente pudo corromper a los Aquir y ordenar la construcción de la ciudad de Ahn’Quiraj.
Durante milenios, este ser siguió corrompiendo todo lo que tocaba, no dormía, no comía, no descansaba, era una fuerza imparable. Incluso las sagradas aguas del Pozo de la Eternidad conocieron la amenaza de los Aquir, pero por alguna extraña razón, y luego de la derrota con los trols, los ahora Quiraji decidieron dirigirse hacia el sur. Los Quiraji respondieron al llamado de su amo y construyeron la Ciudad de Ahn’quiraj, o al menos la conquistaron. Allí, en las corrompidas salas titanicas, este ser puede soñar con su venganza contra el mundo que una vez lo vio caer.

Luego de que los años pasaran, cuando el gran colapso destruyo Kalimdor, cuando el gran imperio trol fue destruido por la mano del Cazamareas y sus esbirros, el que ahora era C’thun: El Dios Antiguo decidió que su ejercito era lo bastante grande para desafiar al dominio total que tenían los Kaldorei sobre Kalimdor. Así es como comienza la Guerra del Mar de Dunas, donde pudimos ver las corrompidas versiones de los defensores titanicos, conocidos ahora como los Tol’vir, también vimos a las Hordas de silitidos luchar, mientras sus señores Aquir los dirigían.

Al principio los planes de C’thun parecían realizados. Aunque los elfos nocturnos habían derrotado en varias ocasiones a los quiraji gracias a la ayuda de un archidruida. C’thun no se rendía fácilmente. Sus seguidores descubrieron el punto débil del formidable Fandral Staghelm, el druida que lideraba el ataque contra los Quiraji tenia una debilidad; su amor y profundo orgullo por su único hijo. Explotando esa debilidad por su hijo, el General Aquir Rajaxx asesino a Valstann Staghelm y destruyo el animo de las tropas Kaldorei en una sola batalla.

    El tercer día, cuando el sol alcanzó su cenit, aparecieron los Quiraji, más numerosos que antes. Una vez más el zumbido de sus alas de insecto se hizo patente en el aire, y una vez más la interminable multitud apareció en el horizonte. Se desplegaron ante Fandral y los demás como la tenebrosa sombra de una nube que oscurece el sol… y se detuvieron.

    Y esperaron.

    Fandral colocó a sus tropas en formación y se mantuvo al frente mientras los cuervos tormentosos volaban a su alrededor en círculo y los druidas en forma de oso arañaban la tierra ansiosos, todos observando con atención. Momentos después, la marea de insectos se abrió y la corpulenta silueta del general Quiraji se acercó, llevando una figura herida en su apéndice con forma de garra. Llegó hasta el frente de las líneas Quiraji y sostuvo a Valstann Staghelm en lo alto para que todos lo vieran.

    Se escucharon gritos sofocados entre los soldados. Fandral permaneció de pie, en silencio… sabía que Viento del Sur había caído y temía que su hijo pudiera estar ya muerto. Se maldijo por haberle permitido partir y permaneció inmovilizado por una mezcla de miedo, ira y desesperación.

    Entre las garras del general, Valstann se revolvió y habló al general, aunque estaba demasiado lejos como para que se le pudiera oír.

    Al fin, el hechizo que había caído sobre Fandral se rompió y cargó hacia delante, seguido por el ejército de elfos de la noche, pero la distancia era demasiado grande… y antes de que el general Quiraji actuara, sabía que no podrían llegar hasta Valstann a tiempo.

    El general Quiraji apoyó su segunda garra sobre la silueta ensangrentada de Valstann; apretó y las separó cercenando el cuerpo del joven elfo de la noche por la cintura.

    - Crónica de la Guerra del mar de Dunas (Muerte de Valstann Staghelm)

Luego de la muerte de Valstann, los Kaldorei fueron expulsados de Silithus y la victoria parecía inminente. Quizás si se hubieran detenido y reforzado Silithus, ahora estaríamos viviendo en un mundo dominado por los Dioses Antiguos. Pero en la persecución de los Elfos nocturnos, los Quiraji salieron de la “Tierra de los Dioses” y llegaron al Cráter de Un’goro, una reserva de los titanes. Al hacer esto, los quiraji se expusieron a las armas que habían creado los titanes para preservar esta zona. Ademas, y a pesar de que los esfuerzos de parte de Fandral Staghelm no fueron suficientes para convencer al Vuelo de Bronce de unirse a su causa, un ataque de los Quiraji a los dragones hizo que los vuelos rojo, azul, verde y de bronce se unieran a la guerra.
Juntos, estas fuerzas hicieron que los Quiraji se replegaran. A pesar de que los poderosos generales Aquir como Ossirian, los Emperadores Gemelos no pudieron derrotar a los kaldorei que tenían como apoyo al los dragones, pero ni siquiera todas esas fuerzas podían ganarle al Dios Antiguo en su máximo poder. Antes de arriesgarse a que el Dios Antiguo quedase libre, los dragones resolvieron sellar a los Quiraji en la mismísima ciudad de Ahn’quiraj. Fandral Staghelm, quien poseía el bastón capaz de volver a abrir Ahn’quiraj, lo destruyo en mil pedazos por la furia que sentía debido a la muerte de su hijo.

Por miles de años, C’thun y sus lacayos permanecieron en su prisión. Eventualmente, los silitidos pudieron excavar túneles a través del suelo para poder volver a amenazar Kalimdor. Esto desencadeno la ultima operación conjunta de la Alianza y la Horda que fue exitosa, las fuerzas de ambas facciones estaban lideradas por el Altoseñor Varok Saurfang. Mientras que las dos facciones reunían todo el poderío de sus ejércitos, el Circulo Cenarion reunía a los mas valientes soldados para reunir los fragmentos del bastón del Mar de dunas y volver a abrir las puertas de Ahn’Quiraj. Estos héroes tendrían que hacer lo que los titanes no pudieron, matar al Dios Antiguo en su propia fortaleza.

Sin embargo, cuando uno habla de Dioses Antiguos da por sentado que no pueden morir. Aunque supuestamente “muerto” y sus esbirros silitidos dispersos, C’thun guió a Cho’gall a las ruinas de Ahn’Quiraj, también pudo deformar al ogro de tal forma que resultara irreconocible, incluso les concedió el poder al Culto Crepuscular la capacidad de raptar al hijo del mismísimo Medivh. Y a pesar de que parecía derrotado, el Martillo Crepuscular ganara mucha fuerza, como podemos ver en Cataclysm. Personalmente opino que la mejor arma de C’thun es hacer creer a sus enemigos que en realidad fue destruido.





Todas las ratas de los sótanos se venden por un queso