Autor Tema: Evento de Historias: La posada de la muerte  (Leído 6536 veces)

Shieru

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Evento de Historias: La posada de la muerte
« en: 25 Noviembre, 2018, 04:09:29 »
La posada de la muerte


Alienol un hermoso y pro elfo de sangre cabalgaba por el paso de la muerte. Cayendo de un puente encontró extrañas menas de colores muy oscuros y brillantes; como no era minero, buscó a alguien que le gustara cavar en la suciedad para poder extraerlas y fundirlas.
El minero que encontró era un orco verde que accedió recolectar y fundir las menas; a cambio, recibiría encantamientos para sus armas. Pero algo misterioso pasó al fundir el mineral. Un extraño gas oscuro y penetrante emanó  del proceso haciendo toser frenéticamente a los dos y no solo eso, un grotesco ruido aterrador podía escucharse como un susurro profundo en los oídos confundiéndolos a ambos. Alienol retrocedió de inmediato alejándose del gas,  pero el temerario orco siguió con la tarea a pesar de lo abrumador del suceso.
Cuando el orco terminó y entregó las barras a Alienol, su aspecto era terrible, parecía que un montón de magnatauros apestados le había pasado por encima y lo más macabro eran las siniestras barras; seguían negras y brillantes pero en ellas figuraban calaveras como augurando un mal presagio. De ahí volvieron a la posada.
La noche llegó y parecía más fría y quieta que las noches recientes.
Se escucharon sonidos fuertes de crujidos y cosas arrastrándose por la tierra desde afuera de la remota y desolada posada; los pocos que se encontraban allí salieron con espadas o encantamientos listos para usar.
La escena afuera era aterradora. Los muertos se habían levantado de sus tumbas y se arrastraban rápida y ferozmente hacia la posada pero ¿Qué tumbas? Ahí solo había un vasto y tenebroso bosque; o eso había hasta ayer. ¡El paisaje había cambiado! Alrededor y hasta donde alcanzaba la vista había tumbas, mausoleos y muertos putrefactos avanzando; estaban en medio de un inmenso cementerio y no eran las Tierras de la Peste del Este o del Oeste ese lugar sí que daba escalofríos.
De entre los 5 infortunados atrapados en el extraño acontecimiento, un trol azul decidió usar su piedra del hogar, pues estaba muy a tiempo antes de que la avalancha de muertos putrefactos los devastara.
No pasó ni 5 segundos venía saliendo de nuevo de la posada.
-¿Pues no te habías ido trol?- Dijo Alienol.
El trol estaba entre asustado y confundido cuando contestó. -La he usao pe’ he aparecido en esta posada cuando debió llevarme a Dalaran-.
Los demás al ver lo sucedido de inmediato usaron sus piedras del hogar con el mismo fatídico resultado; aparecieron dentro de esa posada.
La desesperación y los nervios se hicieron presentes cuando ya los muertos se les acercaban cada vez más y más.
El tabernero; un humano débil y sin aptitudes para el combate, con desesperación y muy alterado gritó: -¡Saca un portal trol! ¿Eres un mago no?-.
-¿Y a dónde quieres el portal?- Le contestó el trol.
El tabernero humano exasperado -¿Es en serio trol?-
-Dalaran-. Sugirió tranquilamente Alienol.
El trol logró poner un portal a Dala… -Un momento ¿por qué el portal es negro?- Dijó Alienol, mirando con desconfianza el portal.
-¿A quién le importa? ¡Fuera de mi camino!- Gritando el humano se abrió paso y cruzó el portal.
Esta vez con horror; todos vieron como el tabernero pálido de miedo, salió de su propia taberna al cabo de unos segundos.
El mago puso más portales a las capitales de la Horda. Pero todos ellos salieron igual, negros como la muerte.
-Creo que es evidente-. Dijo Alienol con resignación. Pues nadie se atrevió a cruzarlos esta vez.
El orco empuñó su espada y con la otra mano un poderoso escudo y exclamó.  -Solo queda una cosa por hacer-.

-Pues si no atacamos ahora terminaremos rodeados y la posada no podrá servirnos de refugio-. Dijo una voz femenina pero con un tono de lamentación fantasmal que los llenó aún más de escalofríos.
-¡A pelear que ya están aquí!-. Grito ferozmente el orco minero asestando un escudazo al primer enemigo que creyó ver.
-¡¿Qué haces bruto?!-. Exclamó una no muerta desde el piso.
-Perdón, jeje te he confundido con los muertos vivientes-. El orco se volteó al decir esto y se dirigió hacia los verdaderos enemigos.
-Cuidado con los vivos-. Susurró para sí misma la no muerta mientras se levantaba y recogía sus dagas.
La batalla comenzó y lograron abatir 5 oleadas de muertos putrefactos pero seguían viniendo interminablemente. Después de 10 oleadas ya estaban agotados y heridos. Alienol cantó un himno divino y pudieron regresar al combate. De pronto la no muerta cayó herida de muerte; el orco y el trol atrajeron hacia sí mismos el ataque de los muertos putrefactos para que el sacerdote Alienol pudiera revivirla.
-¡No funciona!- Gritó Alienol empezando a caer presa del pánico.
-¿Cómo que no funciona?- Preguntó el trol mientras congelaba un gran número de atacantes putrefactos y los calcinaba a la vez.
-¡Ya lo intenté 3 veces y nada! ¡Sé que su espíritu sigue aquí, puedo sentirla! No podrá revivir por su cuenta-. Aclaró Alienol.
El orco y el trol siguieron combatiendo sin poder pensar en ninguna solución y sin poder entender un poco de lo que estaba sucediendo. Mientras el posadero humano se resguardaba en su taberna prudentemente para no estorbar.
-¡Revive! ¡Revive!-. Gritó Alienol intentando inútilmente usar resurrección en la no muerta que yacía tristemente en el piso.
-¡Detente ya sacerdote! Te agotarás todo el maná y todos terminaremos más que muertos-. Gritó el trol intentando calmar a Alienol.
-¡Si no hago algo su espíritu será devorado por la energía maligna de este lugar, se convertirá en una de esas cosas que tratamos inútilmente de eliminar!-.
Sin Alienol y la pícara no muerta peleando al lado del orco guerrero y el mago trol, éstos comenzaron peligrosamente a perder terreno retrocediendo a la taberna.
Casi sin aliento ya; el trol y el orco gastaron sus últimas energías en los muertos putrefactos que tenían cerca y corrieron hacia Alienol y la no muerta.
-Parece que aquí termina todo amigos- dijo el trol sin bajar la guardia.
-See-. Contestó el orco.
Alienol mirando a la no muerta  se levantó diciendo un rezo de alivio que no sirvió para nada.
Justo en el momento en que estaban por caer ante la plaga putrefacta; un enorme destello de luz hizo desaparecer una gran cantidad de muertos putrefactos alrededor de los héroes; aunque no impidió que siguieran saliendo, les dio un respiro y un rayo de esperanza.
Los 3 supervivientes voltearon a ver quién les había salvado la vida;  por ahora, y se sorprendieron al ver un sexy elfo de sangre con largos cabellos plateados.
-¿Quién eres?-. Preguntó el orco atónito ante lo sucedido.
-¿Es un… gm no?-. Contestó Alienol intuyendo.
-Soy el Game Master Arkanhell-. Se presentó el elfo mientras ponía una barrera de magia parecida a la que hay debajo de Dalaran, alrededor de ellos y la posada. -Entren y les contestaré sus dudas mientras les explico cómo saldremos de aquí-. Dijo con voz suave y tranquila.
Alienol cargó a la no muerta, que estaba muerta y entró con todos a la posada.
El trol precipitándose preguntó. – ¿Cuánto tiempo llevas aquí gm?-.
El gm Arkanhell algo nervioso contestó evadiendo un poco la pregunta. –Lo suficiente para ver con mis propios ojos el problema y poder darle una solución-.
-¿Significa que estuviste todo el tiempo y no nos ayudaste?-. Continuó reclamando el trol.
El gm Arkanhell se acercó a una mesa y se sentó mientras todos lo siguieron. Alienol colocó a la no muerta en el centro.
-Todo empezó cuando unas extrañas menas negras corruptas aparecieron en lugares aleatorios de Kalimdor y los Reinos del Este-. Relató Arkanhell. –El gm Itachi me mandó investigar luego de enterarnos que las menas fueron fundidas-.
Al oír esto Alienol y el orco se lanzaron una mirada culposa entre ellos.
Arkanhell continuó relatando. –Les seguí la pista para ver los efectos que tendrían; y tal parece que, como lo había intuido mi amo y señor Itachi. Las menas fundidas al ser 4; justo las que tienen aquí, son capaces de crear un pasaje a un mundo alterno donde solo puede haber muerte; y al llegar ustedes… cof cof.- Arkanhell se aclaró la garganta. -…Al llegar nosotros que estamos vivos.- Miró de reojo a la no muerta.- Este mundo de solo muerte reacciona como anticuerpos contra un virus atacando la vida; y paradójicamente, crea una no muerte putrefacta, eliminando elementos extraños a su naturaleza-.
Gm Itachi llegó de pronto y con una voz exageradamente sensual pronunció un poderoso hechizo.
A la mañana siguiente Alienol despertó un poco desorientado, en la posada normal; al recordar todo bajó rápido encontrando a sus compañeros de anoche incluida la no muerta que estaba viva ahora.
 –Los gm arreglaron todo, TODO-. Le aclaró la no muerta. -Y nos dejaron un regalo por ayudar: ¡bolsa de 36 casillas!-.
Alienol rió un poco aliviado de que todo terminara.
-¡Salgamos de aquí!-. Dijo el trol sacando un portal para todos pero…
El portal era negro como la muerte…
Fin

Escrita por Alienol



insufrible

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Re:Evento de Historias: La posada de la muerte
« Respuesta #1 en: 04 Junio, 2019, 18:15:23 »
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