Desde que Illidan fue encerrado, la misión principal de las Vigilantes fue la de ejercer el papel de sus carceleras. Sin embargo, sus tareas se expandieron y con el tiempo comenzaron a incluir la captura y encarcelación, siempre que fuera necesario, de cualquier criminal peligroso. Estos nuevos cometidos las llevaban más allá de su hogar donde debían permanecer hasta que encontraran y capturaran al delincuente que andaran persiguiendo.
Poco tiempo antes de que estallara la Tercera Guerra, Maiev partió de los túmulos para llevar a cabo una misión. Cuando regresó, Illidan había escapado y un gran número de Vigilantes habían sido asesinadas. Tras una investigación, descubrió que Tyrande y sus Centinelas habían atacado a sus tropas y liberado a Illidan. Pero las cosas fueron aún peor cuando Illidan se convirtió en un demonio tal y como temía Maiev que, llena de furia, comenzó a reunir a las Vigilantes que quedaban para tratar de capturarlo.
Junto a Naisha, su lugarteniente, inició la búsqueda por Kalimdor donde lucharon contra sátiros y otras criaturas corruptas hasta seguir de cerca su rastro en Azshara donde encontraron muchos pueblos pesqueros destruidos y sus habitantes mutilados. Junto al rastro de Illidan se encontraban otros que Maiev identifico como los naga que se habían aliado con el cazador de demonios y con los que su carcelera sospechaba que tramaba cruzar el Mare Magnum. Las Vigilantes llegaron al puerto de Nendis donde descubrieron a Illidan huyendo tras robar un transporte y le siguieron a través del mar aunque para su sorpresa el viaje no duró mucho.
El destino de Illidan fueron las Islas Abruptas donde se emplazaban los restos de Suramar y la biblioteca de Izal-Shurah. Naisha se dio cuenta de que las ruinas habían emergido por algún extraño poder del fondo del mar por algún siniestro poder, del que no tardaron mucho en descubrir de donde había salido. En la isla Maiev encontró a Drak'Thul, un antiguo brujo orco del clan Stormreaver que había sido discípulo de Gul'dan, responsable de hacer aparecer las islas en los últimos días de la Segunda Guerra. El motivo de este acto se encontraba en la Tumba de Sargera donde Illidan había entrado con la esperanza de encontrar un poderoso artefacto: el Ojo de Sargeras.
Maiev y Naisha sospechaban que el Ojo debía ser un artefacto muy poderoso para que tanto Gul'dan como Illidan se interesaran por él de manera que se adentraron en la Tumba para tratar de detener al hermano de Malfurion. Allí se encontraron con la líder de los naga, Lady Vashj, que les confesó que tanto ella como su pueblo una vez fueron elfos de la noche pero que se habían transformado debido a la explosión del Pozo de la Eternidad. Maiev, sintió repulsión más que empatía por la raza de seres acuáticos y entró en la cámara central donde Illian ya había encontrado el Ojo. Illidan no había olvidado sus diez mil años de reclusión y se alegró de ver que Maiev, su carcelera, estaba allí justo cuando planeaba destruir el templo y dejarla atrapada para siempre bajo sus escombros. Con el poder del Ojo, la Tumba de Sargeras comenzó a hundirse y sus pasillos a inundarse cnospamdo una trampa mortal que atrapó a las Vigilantes. Maiev consiguió escapar con un hechizo de teletransportación pero sus compañeras no tuvieron tanta suerte y murieron aplastadas.
Una vez en el exterior, Maiev envió a una emisaria para pedir ayuda a Malfurion mientras trataba de contener con la Vigilantes que aún quedaban, un ataque que los naga habían iniciado bajo el mando de Serena Scarscale.