Autor Tema: El Defensor  (Leído 8617 veces)

Ragnaroc

  • Visitante
El Defensor
« en: 11 Marzo, 2015, 21:08:32 »
Bryan Alexton era el hijo segundo de una de las familias de granjeros más importantes de Páramos del Poniente. Su destino no era el de un caballero, pero aun así, sus padres le habían inculcado los valores de un paladín; le enseñaron a ser amable y generoso, a tomar sus propias decisiones, a sacrificarse por los demás, a ser justo, a encomendarse a la luz y, por encima de todo, a proteger al débil.
  Con el tiempo, se convirtió en un muchacho curtido en el campo, de brazos fornidos y tez morena, capaz de destrozar rocas con su fuerza bruta y con un gran dominio del uso de las hierbas en medicina.
  La tranquila vida de granjero se pasó con rapidez para el joven y pronto cumplió la mayoría de edad, lo que es lo mismo, ya podía tomar sus propias decisiones.
  Sus padres vieron su sueño de paz truncado cuando Bryan ingresó en el ejército del fuerte Petravista como paladín. No querían ver a su hijo tan lejos ni en un territorio tan hostil, sin embargo no tuvieron más remedio, pues él ya había decidido proteger al débil, tal y como sus padres le habían enseñado.
  Los primeros meses en el fuerte transcurrieron con normalidad, ahí aprendió a manejar casi todo tipo de armas y a rezar como lo hacían los Paladines de la Mano de Plata. Ahora todo le pertenecía; su vida, su experiencia…sus decisiones. Aun cuando los gnolls o los orcos le herían, el se contentaba de poder proteger a los suyos y cuando su voluntad flaqueaba, la sonrisa de sus compañeros era suficiente para nospamimarlo.
“¡Despertad, ataque orco, todos a sus puestos!” gritó el alguacil una noche sin luna. Bryan se levantó con celeridad y subió a las almenas.
  Las incontables antorchas adornaban el mar de oscuridad de noche sin luna. Tan oscuro estaba que no era capaz de distinguir si eran los ojos inyectados en sangre de los orcos o las antorchas que utilizaban para quemar los edificios alrededor.
  La batalla que  se libró fue encarnizada y los humanos no se rindieron con facilidad, pero los innumerables orcos estaban apoyados por la siniestra magia del clan de gnolls Pielsombra y no pudieron hacerles frente. Las criaturas perpetraron en la fortaleza y tomaron los barracones.
  Bryan luchó con todas sus fuerzas contra los orcos hasta que le rodearon a él y a sus camaradas. Aunque por mucho que luchase, la incontable cantidad de orcos que ya habían asesinado a sus amigos y se habían embadurnado con su sangre le habían rodeado. Su último deseo fue que los orcos no le cogieran vivo… y se tiró por el acantilado. Creía que esa sería su última decisión.
  En contra de todo pronóstico despertó en la parte de la costa libre de múrlocs. Su armadura de guardia había perdido todo su color quedándose en un gris metálico, su cimera había desaparecido y su tabardo había quedado inservible.
  Tras enterarse de las noticias de la derrota de Ventormenta en Petravista, Bryan cayó en depresión.
 No había sido capaz de proteger a nadie.
  Ni siquiera se había logrado proteger a sí mismo. Había fracasado y lo único que le quedaba era su armadura maltrecha y su desgarrado tabardo.
  Volvió a su hogar con ese fracaso sobre sus hombros rezando que su familia estuviese bien, pero al llegar, su casa ya no existía. Los Defías habían asesinado a su familia y le habían arrebatado sus tierras nada más porque querían hacerlo mientras él estaba fuera.
  Su rabia salió toda de golpe. No quería proteger. Quería vengar. Quería vengarlos a todos. ¡Quería la sangre de esos malditos bastardos! Soltó un fuerte rugido y empezó a golpear a los defías hasta partirles el cráneo, las costillas, todo. Golpe tras golpe.
 Los homicidas a su vez le apuñalaban y le golpeaban mientras él asesinaba brutalmente a sus compañeros, las heridas se iban acumulando pero su rabia le hacía imparable.
  Cuando su frenesí asesino se disipó; los cadáveres, o más bien los despojos, le rodeaban. Sus rezos habían sido inútiles, había sido traicionado por la luz que el juró proteger.
Con la mente despejada arrojó el tratado de la luz al suelo y volvió a la capital de la alianza, donde residía el único superviviente de la familia, Baros Alexton, el arquitecto de la ciudad.
  Hablaron durante largo tiempo sobre lo acontecido tras la reconstrucción de Ventormenta y sobre el gremio de albañiles Defias. Ambos se sentían culpables por lo sucedido. Tras la charla, sintiéndose un poco más aliviado, se marchó.
  “Los inocentes aun necesitan a alguien que los defienda, alguien que no necesite la luz para proteger, no necesitan a Bryan para esto, necesitan a Abismos“.
  Bryan Alexton  el paladín murió aquel día y resurgió como Abismos, el guerrero, en honor a sus dos amargos fracasos: no haber podido defender a nadie y haber creído en esa mentira llamada “luz”.
  Con su armadura siempre puesta como prueba de la derrota de la luz, juró nuevamente proteger al débil, costase lo que costase, aunque ello supusiera renunciar a todo lo que defendían los paladines.

 Muchos años más tarde y después de un encontronazo sangriento entre su diminuto escuadrón de reconocimiento, un destacamento de la horda y con La Plaga en la Tundra Boreal, terminó capturado por los no-muertos junto a una joven elfa de sangre llamada Lidian, cuyo pasado era similar al suyo. Entre ellos nació la chispa del amor y, juntos, lograron escapar de las garras de la muerte. Más tarde se unieron a las filas de la Cruzada Argenta y de la Espada de Ébano para derrocar al Rey Exánime.
  Actualmente, tras su caída, Abismos reposa sus armas en Ventormenta en casa de su hermano mientras Lidian aun sigue ayudando a la Cruzada Argenta a limpiar Rasganorte de los no-muertos que vagan sin rumbo por todo el continente. Los dos esperando a las vacaciones de la chica para poder volver a estar juntos…

 
« Última modificación: 27 Mayo, 2015, 19:09:01 por Ragnaroc »



Lilith

  • Simplemente rol
  • Spammer
  • *****
  • Mensajes: 3420
  • Karma: +3316/-544
  • Torturar herejes no es un vicio.
  • Personaje: Lilith.
  • Clase: Paladin/tank/dps/healer.
  • Raza: Humana rolera.
  • Hermandad: Cruzada escarlata.
Re:El Defensor
« Respuesta #1 en: 12 Marzo, 2015, 09:22:47 »
Ta chula.


Todas las ratas de los sótanos se venden por un queso

Luuthy

  • Visitante
Re:El Defensor
« Respuesta #2 en: 14 Marzo, 2015, 15:22:33 »
Esta guay eh, plus1-

Ragnaroc

  • Visitante
Re:El Defensor
« Respuesta #3 en: 28 Mayo, 2015, 08:01:18 »
Actualizado